domingo, 10 de mayo de 2015

Regalando "Te quieros"

Esta entrada esta inspirada en este tuit de @rozarmecontigo... gracias por compartirlo!




Eran las siete de la mañana y yo iba camino del trabajo, el metro estaba abarrotado como cada día. Mezclas de olores, razas, sexos y estilos, era toda una experiencia viajar por las entrañas de la ciudad a esas horas. Siempre salía con la sensación de haber estado toda la noche de fiesta o corriendo una maratón, por lo que, desde hacía tiempo, había decidido no perder mucho tiempo en arreglarme para ir a trabajar, ¿Para qué? Al llegar me ponía un aséptico, asexual y anodino uniforme que cubría mis formas a la par que tapaba mis ilusiones.

Llevaba unos vaqueros desgastados, una sencilla camiseta con una frase en inglés que no entendía y el pelo recogido en una coleta. Los problemas de la vida ocupaban mi mente, ¿Me renovarían en el trabajo? ¿Cambiaría de ruta de limpieza y me libraría de los comentarios del maldito viejo asqueroso del cuarto?

El metro se paró, gente que baja y gente que sube, tenía la mirada perdida cuando vi un papel que caía en el suelo, estaba arrugado y no parecía importante, pero, por si acaso, me agache y cuando levante la cabeza buscando a quien se le había caído solo alcancé a ver unas mallas negras y una camiseta verde que se alejaban entre el bullicio de la gente.

Volví a sentarme antes de que me quitaran el sitio y miré el arrugado papel, lo desdoblé y pude leer escrito a mano:

 “TE QUIERO”

La sencillez y ternura de esa anónima declaración me dibujaron una sonrisa, sin saber explicar el motivo, por un momento me olvide de todos los problemas del trabajo e incluso del viejo verde del cuarto..

Levanté la mirada y descubrí a un guapo ejecutivo mirándome, tenía una corta y cuidada barba y unos ojos verdes que se clavaron en los míos haciendo que se me encogiera el estomago. Tenía una sonrisa divertida en su cara, me había visto coger el papel. ¿Sería suyo? No me gustaba pensar que se estuviese divirtiendo a mi costa así que….

El coche me había dejado tirado esa mañana y había tenido que coger el metro, no me gustaba ese sitio. En mi trabajo la presencia es importante y si algo se podía perder en el metro era presencia. Por suerte había podido sentarme y los roces, empujones y apretones se reducían. Estaba enfrascado mirando la agenda de hoy cuando vi como una chica se agachaba frente a mí y cogía algo del suelo, parecía un papel sucio.

¿Alguien que no cobrará por ello se preocupaba por mantener ese sitio limpio? No podía creerlo, vi como volvía a su sitio y miraba el papel. Así que ni el papel era basura, ni ella una ciudadana ejemplar… Sencillamente era una curiosa sin remedio y ese papel debía habérsele caído a alguien.
Seguí observando la escena y de pronto la chica sonrió para si misma, sonrío de forma sincera y preciosa, como si, lo que hubiese visto en ese papel, fuese algo que hubiese perdido y había vuelto a encontrar.

De pronto, levantó su mirada y la clavó en la mía, sus ojos azules me atraparon y, al sonrojarse por descubrirme mirándola, algo se movió dentro de mí. Por un momento aparte la mirada ligeramente avergonzado.

Entonces, ella se levantó con paso decidido, vino hacía mi y, con cierta insolencia, me dijo:

-      -  Creo que se te ha caído esto.


Al mirarlo, no pude evitar sonreír y, cuando fui a devolvérselo, se había marchado, volví a fijarme en el papel y vi como, en la parte de detrás había un número de teléfono… 

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